Marcelina Andrade

Guardiana del Tejido de Camisas  Tradicionales de Cotacachi

María Marcelina, conocida con cariño como Mama Marcelina, es una destacada bordadora tradicional del cantón Cotacachi, nacida en la comunidad de Potrerillo, en la parroquia Imantag. Desde temprana edad enfrentó grandes desafíos: la pérdida de su madre durante su niñez marcó su vida profundamente. Fue su tía quien, con ternura y firmeza, le enseñó el arte del bordado, transmitiéndole no solo una técnica ancestral, sino también una forma de resistencia y un camino para alcanzar sus sueños.

Cada puntada en las camisas que elabora Mama Marcelina está cargada de historia, esfuerzo y esperanza. Aprendió a confeccionar camisas tradicionales como la Pito, la Chola y batas, prendas emblemáticas de la identidad kichwa-otavaleña. Estas labores no solo se convirtieron en su principal fuente de sustento, sino también en el medio con el que logró educar a sus hijos.

Con el tiempo, adquirió su primera máquina de coser, una herramienta que le permitió innovar dentro de los márgenes de la tradición. A pesar de las influencias externas y las modas contemporáneas, Mama Marcelina se mantuvo fiel a los diseños heredados, preservando la esencia cultural de cada prenda que bordaba.

Su entrega al arte del bordado trascendió los espacios convencionales: bordaba mientras pastaba su ganado, aprovechando la luz del sol, y en las madrugadas continuaba a la luz de una lámpara. Esta dedicación inquebrantable habla de una mujer que ha hecho del bordado no solo un oficio, sino una forma de vida.

Uno de los mayores legados de Mama Marcelina ha sido la transmisión de su conocimiento a otras mujeres de la comunidad. Gracias a su enseñanza, las nuevas generaciones hoy visten estas prendas con orgullo y dignidad, especialmente en celebraciones como el Inti Raymi, concursos de danza comunitaria o presentaciones escolares, donde las blusas confeccionadas por ella suelen ser las protagonistas.

Su maestría va desde puntadas simples como la cadena, hasta elaborados diseños florales, “cocos” y el tradicional alku pata (pata de perro). Bordar una camisa Pito, por ejemplo, puede tomarle de dos a tres semanas de trabajo continuo. Aunque su vista ha disminuido con el paso del tiempo, sus manos, fieles a la memoria del cuerpo, siguen trazando con precisión cada forma, cada símbolo.

Mama Marcelina representa un pilar de la memoria viva de su comunidad. Su trabajo no es solo artístico; es una declaración de identidad, una ofrenda a la cultura ancestral y un testimonio del poder transformador del arte tradicional.

Mapa Digital del Textil

*

Mapa Digital del Textil *

Galería

*

Galería *